20 de agosto de 2007

] Ќ [

Blog colectivo de crítica creativa

Ideas disolventes frente al consumo pasivo de iconos y modas culturales

Lugar de resistencia, debate y especulación

Con acento en la K

-------------------------------------------------------------------------------------------------

Primeras entradas el próximo martes 28 de agosto de 2007:
  • Viajes por el scriptorium [Agustín Lozano]
  • Jugar a castillos [José L. Muñoz]
  • El espesor del nombre propio [L. Malacara]

] B R A I N S W I D E O P E N [

10 comentarios:

Anónimo dijo...

La Mantikora tiene en su vientre una kriatura que se llama K-revolución. Ke viene en camino y tiene ke nacer. Ke nacerá de una forma o de otra. Serán ilustres médikos o será la partera kien rekoja la kriatura. Pero de todas maneras ...
habrá parto.

Anónimo dijo...

Será un parto histórico. La criatura murmurará antiguas letanías en clave de sol mientras desgarra sin piedad el vientre de la madre, arrojando ideas y pensamientos mientras asoma a la vida... Rosebud

Anónimo dijo...

Nacer es empezar a sufrir. Vanos intentos por distraer lánguidas tardes grises y paseos a través del páramo.

Anónimo dijo...

Lúgubres referencias a partos, dolores y desgarros... (es esto un blog de ginekólogos amargados?)
K parece una oportunidad para el juego, un salto paralelo en la rutina, la oportunidad de cambiar cromos (en mitad del páramo).

Anónimo dijo...

La gestación de la manticora es tan breve como la vida de un quelonio. Nace duante el orto en los páramos purpúreos, y, aunque nadie lo ha visto jamás, el libro de Kells dice que usa su cola para desgarrar el abdomen de su madre. Si para entonces el padre no se ha convertido en crisálida, lo devora. Es animal solitario, pero necesita susurrar, hozar, urticar, rasgar, apuñalar, huir. No defeca.

Anónimo dijo...

El mantícora (gigantesco león rojo, de rostro humano, con tres filas de dientes):
"- los tornasoles de mi pelaje escarlata se mezclan con la reverberación de las grandes arenas. Soplo por mis narices el espanto de las soledades. Escupo la peste. Devoro los ejércitos, cuando estos se aventuran por el desierto.
"- mis uñas están retorcidas como barrenos, mis dientes están tallados en sierra; y mi cola, que gira, está erizada de dardos que lanzo a derecha e izquierda, para adelante y para atrás. ¡mira!"
El mantícora arroja las púas de la cola, que irradian como flechas en todas direcciones. Lueven gotas de sangre sobre el follaje.

Posted by L Malacara

Anónimo dijo...

Lo más llamativo de los bestiarios es que omiten la vida sexual de sus monstruos. ¿Copula la manticora? ¿Cuando lo hace?
No me conformaria con respuestas del tipo: cuando puede, como todo hijo de vecino. Eso me lo imagino, pero no me lo creo. Paracelso el mosquetero quizás pueda explicarnos.

Anónimo dijo...

!Cuidado! La sombra que proyecta la bestia puede inducir deseos de cópulas sangrientas en medio de un paisaje apocalíptico

Anónimo dijo...

Nadie ha visto nunca copular a la mantikora. Pero un pergamino hallado entre los sillares de un sepulcro etrusco asegura que no encuentra placer mayor que susurrar, hozar, urticar, rasgar, apuñalar, huir. La sangre no le atrae. Uñas, dientes, dardos y garras permiten una deglucion rápida y limpia de sus presas. No defeca.

Anónimo dijo...

Entendido, entendido. Trataremos de no kagarla, pues.